Cierto, la vida se hace en momentos…


Blog escrito por: Laura de Lunne

Enero 1° 2013

TERCER ESCRITO:

Somos la única chispa de luz, con vida propia, avancemos sin temor,

Hasta mañana!


miércoles, 22 de enero de 2014

LA MORAL DE UNA DAMA “INMORAL”



Ella era la madre, la ciudadana, la que fue hija, la mesera de aquella cantina y antes de ello, era “muchacha de la vida galante” que como todos sabemos a veces no es tan galante. Pero ahora por sobre todas las cosas era la mamá de aquella chica estudiante en la Escuela Normal del Estado en la ciudad de Saltillo, Estado de Coahuila de Zaragoza.

La hija era su sueño, su anhelo, la posibilidad de su salvación para salir de una vez y para siempre, casi como si fuera su jubilación, de aquel ambiente de copas, pleitos de bar y ambientes escabrosos.

Esta era su conversación un día sí y otro también cuando iba a la Carnicería “El Filete” a surtir la despensa para la Fonda/Cantina en donde ahora era la Encargada de la Cocina y Mesas, después de que tras tantos años y merecidos ascensos, había logrado llegar.

Durante más de tres lustros habido sido fiel –a alguien se le es alguna vez-  al “Salón Fontana”,  al que jamás había cambiado como centro de sus labores por algún otro de los que en número de 5 a 7 por cuadra había en aquel pueblo a lo largo de la calle Internacional,  que comprendía 15 cuadras aproximadamente (sí, era un promedio de setenta y tantos bares).  Y esa cuenta correspondía solo a una calle de ese Pueblo.

Algunos bares eran tranquilos, otros por donde la gente no podía pasar  y los pocos aquellos por donde jamás se debía transitar; sobre todo por los dos que estaban en aquella esquina del “Güero Mercado” a donde acudían los  días domigo, aquellos hombres de las Rancherías cercanas que llegaban en su mayoría a caballo  portando las armas que acostumbraban usar en el monte, ya fuera para realizar la caza menor de la que se sustentaban  o para su defensa personal. En ese tiempo era una costumbre permitida y era lo apropiado para esas labores en el campo, donde la víbora de cascabel no anunciaba su llegada con anticipación; sin embargo el que portaran dichas armas en el pueblo … podría ser discutible.

Y el tiempo cumplió años.

Uno, dos, tres, cinco años y un día aquella Dama llegó a la Carnicería  con aspecto diferente, su rostro era el de una dulce madre de familia en donde al parecer por algún milagro se habían borrado aquellas huellas de noches bulliciosas y días no tan tranquilos y aquel gesto de reto ambiguo que seguro era parte de su quehacer diario. Se iba del lugar, solo llevaba su bolso de mano y su abrigo; finalmente su hija había terminado su carrera de Profesora de Educación Primaria y se reuniría con ella en Saltillo para irse a un poblado del sur en donde la profesora empezaría a trabajar en una Escuela Rural. De su vida anterior, no había equipaje, solo su alma que había logrado trascender a ese azar de la existencia que le había tocado vivir. Cambió su vida, cambió su ruta, modificó su destino. Volvió a Vivir, esa mujer “inmoral” que supo ver el valor de lo moral.

(Hasta el próximo domingo! Si Dios quiere, Laura De Lunne)

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