Cierto, la vida se hace en momentos…


Blog escrito por: Laura de Lunne

Enero 1° 2013

TERCER ESCRITO:

Somos la única chispa de luz, con vida propia, avancemos sin temor,

Hasta mañana!


lunes, 17 de febrero de 2014

Erradicar la culpa


Podemos dibujar nuestra esclavitud o nuestra libertad

 Los resentimientos te dan excusas para cualquier tipo de comportamientos

Por eso nos piden erradicar las culpas

Erradicar la culpa es estar dispuesto a aceptar la responsabilidad de todo aquello 
que nos sucede y que no nos gusta,
porque al aceptar la responsabilidad de que, lo que nos sucede depende de nosotros,
podemos también nosotros erradicar aquello que no nos gusta o sentimos que nos 
daña

Si pienso continuamente cómo esa cosa o esa persona me dañó,
en ese momento me estoy dañando

Esa cosa me dañó en x tiempo
pero ahora me estoy dañando yo cuando recuerdo y revivo en mi ser y mi espíritu y mis emociones ese daño

Creo que lo de perdonar puede también decirse o pedirse que se haga
con otras palabras: “dejar atrás el hecho dañoso sucedido”
tirarlo a la basura,
olvidarlo y sacarlo de mi vida para siempre

Sí sucedió ese hecho dañoso, me dolió que sucediera,
pero sucedió, o sea ahora es pasado,
si yo lo revivo nuevamente yo soy quien me daño
no me dañan otros.

Quizás nos dicen que perdonemos como un alto valor derivado de la comprensión de ese hecho dañoso en donde ya lo dijo el Cristo “perdónalos señor que no saben lo que hacen”

Al parecer Él ya los había perdonado y le pedía a la justicia divina misericordia para esos dañadores… pero si no estamos, a la altura de un Cristo (aún no) sí podemos tirar a la basura ese recuerdo y dejarlo fuera de nuestra vida
y enseguida, darnos cuenta de que somos los dueños de nuestras decisiones y que queremos que estas decisiones nos lleven a la felicidad.


Aviso: 
Suspendo el Blog, hasta otra Temporada.  Gracias a quienes me alentaron –los que escribimos vivimos de este aliento- enviándome un email. Laura De Lunne.

domingo, 16 de febrero de 2014

Un extraterrestre… en mi escuela primaria. Y otros más. Mis viajes IV. Segunda Parte





Esos seres con quienes iba conversando habían estado en contacto conmigo mucho tiempo antes, creo, porque los conocía bien, pero ese día, recuerdo que…

Cierta mañana cuando iba caminando por el pasillo de mi escuela primaria vi que desde el otro extremo venían caminando dos niñas compañeras de aula y fui consciente que algo/alguien me dijo: “cuidado, estás hablando sola mientras caminas y ahí vienen dos compañeritas tuyas que si te ven así, dirán que no estás bien”, en ese momento me di cuenta que me encontraba como entre la realidad y el sueño hablando con seres que veía y hablaba en una especie de imaginación y les dije: “un momento”, y me coloqué frente a una palma que estaba en el pasillo diciendo en voz un tanto alta “palma, palma, tu eres mi amiga y por eso me gusta hablar contigo” y en eso  las niñas pasaron por mi lado viéndome de reojo y más tarde comentaron en el salón de clases, que Laura hablaba con los árboles…

Recuerdo las risas de los niños y niñas, luego el bullicio del salón haciendo ya otra cosa y olvidando mi incidente, pero yo permanecía en lo que ahora puedo llamar un estado latente de ser, sabía que estaba ahí, veía lo que pasaba pero era un yo interior el que se daba cuenta, el exterior solo estaba en ese lugar y no reaccionaba con enojo o alguna emoción, solo ahí indiferente y dedicada a estar en clase aprendiendo lo que en ese momento nos enseñaba la profesora, quien de alguna manera me entendía, incluso más que yo misma, porque me dijo no les hagas caso, tienen envidia de ti porque eres muy aplicada en clases. Y sinceramente, me era indiferente ser aplicada o no en clases, para mí solo era normal ver el asombro y risas de ellos por saber que yo hablaba con los árboles y seguir guardando silencio porque hubiera sido peor para mí que supieran con quienes realmente había estado hablando.

Cierto, esos seres con quienes iba conversando en el pasillo habían estado en contacto conmigo mucho tiempo antes, creo, porque los conocía bien, pero ese día les dije que me habían puesto en vergüenza delante de mis compañeritas y que debían haber elegido un mejor lugar para hablar conmigo y no ponerme en evidencia y agregué que nunca más quería volver a hablar con ellos. Recuerdo y los veo ahora mismo en mi recuerdo, que se pusieron algo tristes, un muy poco tristes, pensativos y el que hablaba conmigo, desde dentro de alguna estructura quizás como un cuarto de techo muy bajo color gris claro, me dijo que respetarían lo que yo decidía en ese momento y desde entonces nunca más los he vuelto a ver. O quizás sí, no estoy muy segura si son algunos que en otras ocasiones he visto y oído, pero ya en mi edad adulta. Cuando niña nunca más los volví a ver u oír si es que a esa comunicación conmigo se podría nombrar así…

Sin embargo, las niñas habían escuchado algo más, y pasado el primer bullicio me preguntaron con quien hablaba yo cuando me encontraron en el pasillo de la escuela, porque ellas habían escuchado la voz de un hombre… ahí ya intervino la directora de la escuela y mandaron llamar a  mi profesora para averiguar sobre el incidente, la que al preguntarme sobre el hombre que supuestamente había hablado conmigo y yo negarlo, solo me miró y dijo que tuviera mucho cuidado y que ella hablaría con la directora por mí, pues sabía que yo era una alumna muy seria y estudiosa. Este último incidente casi se me olvidaba. Creo que lo quise dejar de pensar durante mucho tiempo... Algo ha de haber sucedido como consecuencia de este suceso en el que aparentemente yo, una niñita de 9 años estaba hablando con un hombre adentro de mi escuela, un hombre que nadie vio, que solo aparentemente lo escucharon dos niñas y que jamás pudieron tener noticia alguna de que alguien más lo hubiera visto en dicha institución, creo que debido a la “posible inseguridad” en esa escuela mi familia me cambió al Colegio México de mi pueblo en ese mismo años escolar.

Y quizás Ellos nunca se han retirado de mí, pero yo no he sabido o querido aceptar el contacto o comunicación de nuevo, y para elucidarlo va una pequeña anécdota, sucedió hace más de 20 años cuando una medianoche fueron al salón de mi casa y me dijeron -luego de hacer ruidos como de motor para despertarme-, que al día siguiente fuera a una casa que se encontraba ubicada a la derecha de la mía y defendiera ahí a alguien que necesitaba ayuda, recuerdo que les dije –desde mi recámara en donde estaba durmiendo y que ahora sé que fue mentalmente- que me señalaran cual casa y me contestaron ve y toca puerta por puerta y en una de esas casas vas a encontrar el problema, yo….


Continuará Miércoles

miércoles, 12 de febrero de 2014

Un extraterrestre en San Lorenzo Tiotipilco, Tehuacán Puebla. Y otros más. Mis viajes IV.


 Manantial


Llegamos a San Lorenzo Tiotipilco, cerca de Tehuacán Puebla (5.1 km, tiempo estimado 9 minutos) en uno de nuestros viajes por tren. La intención era tomar baños termales en su fuente de agua caliente y aplicarnos barro en todo el cuerpo el cual tomábamos libremente de sus orillas (ahora ya no hay barro a disposición) dejándolo secar media hora sobre la piel al cabo de la cual nos metíamos de nuevo a las tibias aguas curativas en donde se disolvía integrándose al cauce del arroyuelo que se formaba con la salida de aquellos veneros del manantial.


Instalados ya en el único hotel del pueblito con su cocina de leña-carbón hecha de losetas rojas construidas cada una al lado de cada cuarto del hotel y en cuyo interior había tres camas colocadas, una mesita de madera con sillas de tejido de palma y respaldos pintados de flores coloridas, colocados sobre una estera de fibras vegetales y algún mueble más para guardar y colgar nuestra ropa, nos fuimos a la Tienda de Abarrotes, Mercería y Farmacia de Tehuacán Puebla a por provisiones y utensilios de barro para cocinar y comer.

El viaje en aquellos pequeños autobuses de alrededor de 20 pasajeros me había hecho maravillarme de todo aquel verde del campo comparándolo con la zona semi-desértica del lugar en donde vivíamos al norte de México. Ya en Tehuacán encontramos otra maravilla, el caminar por algunas calles de adoquines que hacían que nuestros pies acostumbrados a los caminos de pavimento y a otros de tierra clara semi-dorada del lugar seco en donde vivíamos en ese tiempo, notaran la diferencia.

Recuerdo haber ingresado a la Tienda, pero nada más. De repente me vi en un lugar del mismo establecimiento comercial hablando con alguien, no recordaba ni recuerdo aún ahora, como llegué a ese lugar puesto que yo andaba casi siempre cerca de mi mamá o de mi hermana Anne, que éramos las tres que viajábamos juntas en esa ocasión. Ahí estaba yo hablando con un niño poco menos alto que yo –en esa época yo tendría alrededor de 10 años -. Aquel niño me dijo que me habían escogido para pedirme que los ayudara, que ellos estaban cerca de ese lugar atrás de unas montañas pero necesitaban algo, ahora no recuerdo que, pero que sabían que yo podría ayudarles porque, dijo, era una niña inteligente. Les dije el estado raro en que me encontraba en ese momento, como si fuera real y como si fuera un sueño. Si los ayudaría, era cierto, yo quería ayudarles. Entonces el niño me dijo que ellos me ayudarían también a mí, que ellos podían conseguir muchas cosas que yo quisiera pero necesitaban que alguien les ayudara en eso que no recuerdo, eso de lo cual de alguna manera se borró o borraron de mi memoria.

En ese momento, una señora se acercó a mi lado y me dijo que qué estaba haciendo yo ahí hablando sola y que si me encontraba bien. Volteé a verla y le dije que sí me encontraba bien y que estaba hablando con ese niño quien me decía que era una persona que necesitaba ayuda. Añadí que ese niño era importante, tan importante como el hijo del Presidente;  entonces volteé a ver al aludido y este, llamándome al silencio, me dijo que no debía haber dicho nada a ninguna persona.

-Al llamar la atención sobre mí pones en peligro a muchos otros que me están esperando... Ya no podrás ayudarnos..., Olvidarás lo que has hablado conmigo...

De repente ya no lo vi. Fueron segundos apenas y lo más que recuerdo, es que entonces hice un enorme esfuerzo por recordar lo que me había dicho el niño antes de que me hiciera olvidarlo.

Me reuní de nuevo con mi mamá y mi hermana quienes ya andaban buscándome. Al día siguiente el periódico de Tehuacán daba cuenta de una noticia referente a raras luces en el cielo que habían visto en una montaña del lugar. Huelga decir que no vi mas al niño que ahora sé que era un adulto de muy pequeña estatura. Nadie recordaba haberlo visto, ni yo lo vi partir.


Continuará Domingo

domingo, 9 de febrero de 2014

De suspiros de verde y miradas de azul del Parque Tucán

  
 
Veredas del Parque Tucán



Hago lo que puedo, lo que está a mi alcance,
y así estoy tranquila porque no puedo hacer más
 aun cuando algo o alguien lo requiera. 

Dejo la vida transcurrir, la miro pasar frente a mis ojos

Me reconcentro en mí misma

Busco en mis vericuetos qué es lo que realmente quiero
ante esta vida fluyente
y a veces como ahora, lo encuentro

Encuentro que buscar es lo primero que pretendo
luego reconocer mi objetivo
entonces detengo el tiempo
y me voy a hacerlo

Primero con el pensamiento
que en mi caso es caminar como me ha dicho Piro

Me veo entrando al Parque Tucán y bajar esa pequeña pendiente a la orilla del arroyuelo donde se inicia mi paseo, camino y recojo plumas de la orilla de la vereda donde ayer fueron guardadas por el viento amigo de los pájaros que las dejaron ir

Igual que yo

A conocer una nueva vereda de ese camino de recreación y paseo

De fortalecimiento y disfrute

De suspiros de verde y miradas de azul del Parque Tucán.


He ido y es verdad, ve tu a donde tu deseo positivamente te lleve, créalo en tu imaginación y disfrútalo, somos lo que pensamos que somos. 



Próximo Miércoles: El extraterrestre que conocí en San Lorenzo Tiotipílco, Tehuacán, Puebla


miércoles, 5 de febrero de 2014

Historia… Don Miguel hijo de Narcia. Última Parte. Mis viajes III

O
Don Antonio ya está viviendo en Estados Unidos con otros familiares y la casa de Narcia se ha quedado sola.

Era una casa grande de aquellas que tenían cuartos a los lados y en el centro un patio con macetones en su centro y al fondo se encontraban el comedor y la cocina con un bonito fogón en donde aún se cocinaba con carbón de leña que se compraba cerca de la casa en el Mercado Tangamanga (en donde el refresco embotellado Pato Pascual de tamaño pequeño valía 4 centavos), y aun cuando también había una estufa de gas butano, el cocinar con carbón era otra faceta de la personalidad de Doña Narcia.

En la primera narración de esta historia, Narcia nos ha abierto aquella puerta verde con fijos de vidrio a los lados y nos ha permitido pasar a su casa, llevándonos directamente a su comedor luego de atravesar el patio de losetas de ladrillo rojo ahora sin macetones de plantas y flores; y ahí encontramos a Don Miguel hijo único de Narcia, aquel hombre de principios y responsabilidad tan sólidos que lo avalaban para ser Jefe de Patio de los FFCCNN de una ciudad que era centro técnico para dichos Ferrocarriles en aquella época.

El Jefe, como le decían a Don Miguel conoció a mi hermano Estroberto cuando éste hacía prácticas en el Patio de los Ferrocarriles para entrar a trabajar como Garrotero y le llamó la atención de alguna manera y además porque supo que era hijo de Don Tadeo, maquinista de caminos, a quien le reprochó en alguna ocasión que hubiera dejado a su hijo a la deriva, lejos de la familia, en aquella ciudad (seguro que cada uno tenía sus razones). Y se llevó a Estroberto a vivir a su casa previo acuerdo de que ahí no se permitirían bebidas alcohólicas, fumar y que debía (al menos dentro de su casa) llevar una vida ordenada.

Ahora en ese tiempo de nuestra visita, el Jefe, aquel hombre recio y de nobles principios había sucumbido a la diabetes. Esa mediodía en que fuimos a visitarlos se encontraba en su comedor vistiendo paños menores y con su cabeza reposando sobre la mesa, al entrar nosotros al aposento y vernos saludó a mi mamá y demás familia y le dijo a su madre que le hubiera avisado primero de la visita para vestirse apropiadamente, reclamo que de manera indiferente ignoró Doña Narcia.

Habiendo regresado Don Miguel al comedor, le dijimos que su madre había salido pero le había dejado el desayuno en la mesa ya preparado, por lo cual empezó a comer aquellos panes de dulce con café con leche, al verlo mi madre le dijo que no era conveniente que ingiriera dulce ya que le afectaba por ser diabético, contestándonos débilmente que eso era lo que su madre le daba de almorzar. Descansó un rato en un sillón que tenía en el comedor para ese efecto y pasado un rato, al parecer de mejor ánimo, mi mamá le dijo que lo veía en mal estado de salud, que debía ir al médico, contestando Don Miguel que su madre le había prometido llevarlo, ya que él estaba muy débil para ir solo, pero que pasaba un día y otro y no lo llevaba por diversas razones o excusas. Mi madre le ofreció acompañarlo al Médico en ese momento, pero con lágrimas en los ojos, Don Miguel le dijo que su madre le tenía encerrada la ropa y los zapatos en un clóset para que no se saliera de casa, cuando ella se ausentaba a algún mandado y que él estaba muy débil para discutir con ella.

Llegó Narcia y todos callaron, pero Don Miguel había entendido que su madre no se encontraba bien de su cabeza y antes de regresarnos de San Luis a casa fuimos a despedirnos de Narcia y su hijo Don Miguel, y supimos por los vecinos que Don Miguel se salió a la calle en calzoncillos y descalzo, detuvo un taxi (quien lo reconoció como el Jefe Don Miguel) y le pidió lo llevara a su casa de matrimonio en donde lo recibieron su esposa e hijos a quienes Narcia había impedido tener todo contacto con su hijo Miguel, aislándolo incluso en ese amor patológico que no podía permitir otro afecto más que el suyo. Narcia fue internada por su hijo en un Sanatorio en donde atendieron su trastorno mental/emocional y la cuidaron por el resto de sus días.

Reflexiono en que los mandatos no son válidos por provenir de quien vienen, sino por el valor que contienen. No vale lo que una Madre, Padre, Esposa etc. le digan a un ser querido, solo vale, solamente es valioso, si ese decir tiene como fundamento como base de ese decir, la realización de lo que sea bueno, justo, útil es decir que ese mandato o dicho sea vertido/hablado para buscar algo que contenga un valor (algo que sea justo, sano, bueno, entre otros valores) en su realización. Y en clase mencionábamos “El deber-ser, debe ser porque vale, no porque deba ser”.

Fin de esta historia.

Próximo Domingo

domingo, 2 de febrero de 2014

Historia de Don Antonio... Segunda parte. Mis viajes III

) (


Investigando la trama, Don Antonio le comentó a mi mamá… pero antes de continuar con esta historia, viene a mi memoria la figura de Don Antonio quien rondaba los 45 años, de estatura promedio o sea alrededor de 1.70, siempre con pantalón de casimir y chaleco que en aquel tiempo no noté que era quizás el único que tenía, pero lo llevaba muy limpio y con mucha dignidad, sobre todo cuando comía, que si bien lo hacía a solas, cubría su pecho con una servilleta de tela y parecía disfrutar mucho su comida porque lo hacía de manera tan tranquila y despacio como si con cada bocado enviara una oración al cielo.

Y de su hermana Narcia? La veo caminando estilo hormiga con pasitos apretados y rápidos siempre vestida de negro, con la falda llegando casi al tobillo, medias negras y zapatos bajos del mismo color; ahora que la miro en mi recuerdo nunca vi que tuviera una joya, ni siquiera un bolso de dama, porque solo apretujaba entre sus dedos delgados de nudillos algo prominentes una al parecer pequeña bolsa, también de color negro. Parecía la sombra de un fantasma si es que los fantasmitas blancos pudieran tener una sombra negra.

Como decía, al investigar la trama de aquel mal trato a un hombre tan educado, Don Antonio le comentó a mi mamá que hacía 20 años había matado a un hombre, defendiendo a su novia, hermana del hombre muerto y defendiéndose él de la violenta agresión armada de dicho hermano  y que desde entonces Narcia lo hacía pagar, haciendo que durmiera en las condiciones que he dicho y agregó, que así estaría hasta el final de sus días.

Siempre escuchando en algún rincón, a mis 12 años no me perdí la conversación de “los mayores” y al día siguiente me encontré con Don Antonio en un pasillo de la casa y le dije que por haber matado a un hombre en defensa propia, ya era más que suficiente el tiempo de castigo impuesto por la hermana. Que si hubiera estado en una cárcel ya habría salido libre. Agregando que recordara lo que decía la canción “20 Años” cantada por José Alfredo Jiménez” http://www.youtube.com/watch?v=Cr35pA4OKNo : …las leyes de la tierra… me dieron sin clemencia 20 años de prisión… ” Y agregué, fíjese Don Antonio le dieron 20 años por haber matado a los dos, en su caso mató a uno en defensa propia, por lo tanto ya cumplió de más con el castigo de las leyes.

Cierto o falso mi razonamiento, me parecía injusto ese encarcelamiento en un closet y su ladrillo de almohada, incluso en ocasiones era dejado dos o tres días sin comer, “para que purgara su delito”. Don Antonio creía que merecía ese trato…  hasta que habló conmigo y le dije que su hermana disfrutaba haciéndole sufrir, porque me había dicho muy contenta que nos íbamos a ir todos de paseo menos Antonio, para que sufriera más… Y agregué que ella no estaba bien de su cabeza.

Mamá y Don Antonio platicaron más veces, cuidadosamente, ahora alejándose de mí y antes de irnos de su casa, mi madre le dio un dinero para ciertos trámites que él tenía que hacer y para los cuales dada la lógica de su situación, no contaba con numerario. Pasado el tiempo, supimos que Don Antonio escribió a sus sobrinas que vivían en Estados Unidos y vinieron por él, llevándoselo a escondidas de casa de Narcia.  Nunca, antes de su partida, Don Antonio había desobedecido a su hermana. Y nunca, después de su partida volvió a hacer contacto con ella. En Estados Unidos, con sus sobrinas, vivió todavía alrededor de 20 años más.

La dulzura de Don Antonio finalmente encontró al lado de sus sobrinas y demás familia, donde desbordarse, fue un contacto en mi vida de amor incondicional que ese ser entregaba a todos los que le conocían; así ahora más que nunca entiendo lo difícil que es decir quien es “bueno” y quien es “malo” por algún hecho acaecido en su vida. Qué difícil es juzgar, sobretodo moralmente hablando y nuevamente recuerda uno a los grandes Maestros de Vida que dicen “Quien esté limpio de pecado que arroje la primera piedra”.


Continuará Miércoles: Sobre el hijo de Narcia, Don Miguel.