Cierto, la vida se hace en momentos…


Blog escrito por: Laura de Lunne

Enero 1° 2013

TERCER ESCRITO:

Somos la única chispa de luz, con vida propia, avancemos sin temor,

Hasta mañana!


sábado, 28 de febrero de 2015

Lala y su “particular dignidad”



 Molino de nixtamal


Se conocieron en la escuela primaria, en el tercer año que era todo lo que comprendía el estudio en esa región rural de aquel lugar.

Eran cinco chicas, blancas, morenas y prietas como se les llama con cariño a los de tez más oscura. Juntas iban por agua al arroyo cristalino cercano a 300 metros de sus casas, regresaban y lavaban el maíz que en pequeños baños o tinas de lámina galvanizada se habían cocinado en los tripiés con leña, afuera de la cocina. Toda la noche había durado aquel fuego y sus rescoldos, que dejaban perfectamente cocido el dorado alimento.

El nejayote que se hacía en el suelo de tierra al tirar la  primera agua del enjuague del maíz, les serviría luego de que se secara, a los niños para jugar haciendo mapas o llevándolo por el aire un momento como papalote, ya que al estar tan fino se desbarataba con el aire.

En el molino había que hacer una pequeña fila y las cinco estaban ahí. Pasaban y se sentaban en un banquillo de un solo tronco frente al canal de lámina del molino, para esperar que bajara por ahí el maíz de cada una que se iba moliendo por separado.

Ya estaba la masa lista para que durante el día y tarde se fueran haciendo las tortillas, las memelas, las gorditas con manteca de cerdo y residuos de los chicharrones que ahora en Nuevo León México le llaman “turcos”. Cualquier alimento que se comiese, así fuera solo chile verde o rojo asado con ajos machacados en un molcajete, era suficientemente exquisito si se comía con tortillas recién hechas para lo cual, el fogón casi siempre tenía lumbre o brasas que activaran este cuando se necesitaba.

Crecieron, se fueron casando unas por amor y otras porque así lo dijeron sus padres que les convenía casarse. Lala era la única que estaba soltera a los 23 años. Resulta que tenía a su padre inválido –quién debido a un enojo con sus hermanos por ciertas tierras de labor le había dado una embolia- y su madre se dedicaba a cuidar de él. Lala trabajaba de manera no muy fácil porque en su lugar solo había una tienda de abarrotes y carnicería, el molino, la escuela primaria hasta tercer año y dos o tres negocios más. Necesitaba dinero para cuidar de sus padres. Hubo algún adinerado quien le ofreció casarse, pero Lala decía que no lo amaba.

Las cinco amigas se reunían de vez en cuando y Amalia le dijo a Lala que el matrimonio no era “tan malo” que si bien ella no amaba a su marido y hasta a veces le chocaba su cercanía, este le tenía casa y cuidaba de ella y de sus dos hijos para que no les faltara nada, a menudo cerraba sus confidencias diciéndole "cásate para que te mantengan". Para Lala ese matrimonio no era tal, sino un “mal habido trueque” en donde sería difícil decir cual de los dos perdía más al no vivir la experiencia de la vida …


Continuará próximo sábado Dios mediante

Sugerencia de consulta:
NIXTAMAL :http://etimologias.dechile.net/?nixtamal
NEJAYOTE: http://buscon.rae.es/drae/srv/search?val=nejayote

sábado, 21 de febrero de 2015

al ir caminando se va viviendo la felicidad o no






Hoy empieza bien el día. 

Estoy en el patio de mi casa regando mis matitas y estornudo de repente! Achís!!!

Inmediatamente se oye tras la barda (que da a la calle): salud!

Le digo gracias! Y empieza la sonrisa en mi cara… alguien que no sabe quién soy, no puede verme por la barda, ha tenido un gesto de amabilidad. El mundo vuelve a girar normal.

Y vuelvo a escribir.

Me reafirmo nuevamente en que un poco de amabilidad cambia nuestro entorno, nuestra
Vida, 

Que se requiere para tener simpatía por los demás? Esos demás desconocidos…

Y visto desde otra perspectiva: que beneficios obtengo? 

Dicen que un acto de bondad beneficia a quien se dirige, a quien realiza dicho acto y a quienes los rodean.

En este viaje en el cual no hay búsqueda de felicidad, sino vivencia de felicidad, porque ciertamente en el camino al irse caminando  se va viviendo la felicidad o no. No es necesario buscarla ni esperarla. Solo querer vivirla. Estar dispuestos a darse cuenta de que está aquí, en este instante y en la decisión de asirla. Querer vivirla y lo demás “se os dará por añadidura” (como dice un Evangelio Cristiano que lo manifestó Jesús El Cristo)

Laura De Lunne mi seudónimo y Carmen Elena Guerrero Ramírez, los saludan de nuevo.
Hasta el sábado.