Cierto, la vida se hace en momentos…


Blog escrito por: Laura de Lunne

Enero 1° 2013

TERCER ESCRITO:

Somos la única chispa de luz, con vida propia, avancemos sin temor,

Hasta mañana!


miércoles, 14 de diciembre de 2016

Navidad, un rayo dorado de sol y sonido pausado en el aire




Era una mañana de navidad, lo sabía porque ese día el sol brilla diferente y hay un sonido sin ruido en el aire. Tenía como 4 años y estaba jugando  en la entrada de la puerta trasera de casa con un niñito, -en aquel vasto patio de tierra y traspatio con pequeña huerta que cultivaba mamá-; Le mostré mi regalo de Navidad, los gemelos (cuates) de pasta y él a su vez me dijo que le habían regalo unos soldaditos pintados de azul hechos de madera. En el juego, un soldadito se murió y convenimos en que había que enterrarlo, con algo de esfuerzo hicimos un pequeño poso de unos 7 centímetros de profundidad y enterramos al soldadito bien tapado con tierra y una cruz en su tumba o algo hecho con dos ramitas que nosotros decíamos que era una cruz. Seguimos jugando, ese era mi regalo de navidad más hermoso, el tener un amiguito con quien jugar siendo una niña solitaria rodeada de hermanos muy mayores para mi edad (nací 9 años después del penúltimo de ocho).

La vida de los otros dos soldaditos de madera y de mis gemelos seguía su curso y hacían cosas dentro de nuestro juego desbordante de imaginación bajo aquel sol dorado de navidad, cuando repentinamente salió la mamá del niño a comprobar que éste estuviere bien y se dio cuenta que faltaba un soldado. Al indagar y sacar dicho “muerto” de su tumba, se enfadó conmigo regañándome por mi “maldad” de haber enterrado el juguete del niño causándole estropicios y no haber enterrado en todo caso un muñeco de mis  gemelos. No entendíamos como era que hubiera ese enfado, el soldado se había muerto! Teníamos que enterrarlo…

Sacaron y limpiaron al soldado ya resucitado y tomando al niñito de la mano se fue disgustada, él lloraba porque no se quería ir y le dije a la mamá que yo le regalaba mis muñecos gemelos para el niño. Me dijo que no, que los muñecos eran para niña. Y se fueron.

De nuevo sola jugando en mi patio, en el mismo lugar enterré a un gemelo y sin decir nada entré a casa. Al cabo de dos días la madre y su niño regresaron y ella me preguntó por el otro gemelo diciéndole a mi mamá –con ese enfado aún guardado contra mí- que yo era una niña que no cuidaba ni de mis juguetes puesto que ya solo tenía uno de los dos gemelos. Le dije que no lo había perdido, que se había muerto cuando se fue el niñito y que yo lo había enterrado.

Fueron a la “tumba” y desenterraron al gemelo cuya pasta se había deteriorado por la humedad, me preguntaron el porqué lo había hecho y les dije que porque el gemelo se había muerto igual que al soldadito que enterramos, y que yo no había querido dañar al soldadito del niño sino que al morirse teníamos que enterrarlo. La madre del niño se me quedó viendo y me dijo, eres una niña muy rara pero siento haberte regañado por enterrar al soldadito y se fueron, nunca los volví a ver, solo oí que se regresaron a su lugar de origen aludiendo que no se entendían con esa gente del norte.

Los niños son autenticidad y viven en su mundo de juegos lo que observan en el mundo de los adultos por éso en esta fecha de Navidad consagrada al nacimiento del niño-dios Jesús de Nazaret (Aun cuando no sea la fecha auténticamente histórica) deseo disfruten en veracidad de la alegría de saber que un ser iluminado de buena voluntad nació humano, nació en este mundo en esta realidad y que se manifestó como el Maestro Jesús entregando una guía para que encontremos nuestro verdadero ser en la unión de nosotros con nuestro espíritu, por eso el Maestro Jesús dijo “Ustedes viven en este mundo, pero no son de este mundo” Juan 17:16. “El que tenga oídos que oiga. Mateo” 13:9

La alegría de convivir en el propio mundo que cada uno comparte con sus espíritus afines, sin que sean necesarios fiestas de pinos, esferas y plásticos del señor gordo vestido de rojo, es el verdadero espíritu de navidad; y el mejor regalo es el amor y cuidado que se recibe inclusive aunque sea solo alguna vez. Un solo recuerdo por la bondadosa actitud de alguien marca positivamente toda la vida. Y ese alguien no tiene que ser de la familia. Desbaratemos ya ese mito de que si la familia no cuida de un niño este no será feliz. Mucha gente sufre por este concepto. Cambiemos la premisa, que incita a estar buscando culpables y perdiendo así la oportunidad de hacer nuestro propio mundo y ser feliz en él, porque sí es posible serlo.

Tengamos ese Espíritu Navideño de disfrutar nuestro hoy en esta existencia, desde y como nos encontremos, sin ideas preconcebidas de fiestas artificiales, solo dando a todo aquel que la vida coloque enfrente nuestro una sonrisa sincera, un sentimiento de amor incondicional, bienes intangibles que valen tanto o más que cualquier tesoro y que nos hacen tanto o más dichosos que quienes los reciben.

Seamos felices también, esta Navidad!!!




                                              

sábado, 10 de diciembre de 2016

Engracia no recibe apoyo económico de sus hijos. -Demándelos!- “Ay no pobrecitos" ParteII



“Necesito comprar una Tablet porque los días de Lectura en mi Organización tengo que cargar varios libros que usamos y con la Tablet solo busco la lectura de que se trate ese día” me comentó Engracia. Acabábamos de entrar al Super –día de frutas y verduras en el que mi amiga me ayuda en casa- y luego de tomar un café de obsequio con una rebanita de cake de chocolate avanzamos por aquel largo corredor de exhibición y ahí estaban las Tablets. Los ojos de mi amiga normalmente algo apagados  brillaron súbitamente al verse rodeada de los aparatos que buscaba, móviles, computadores y más artilugios electrónicos. Solo en un niño he podido ver esa mirada y ese resplandor en la cara cuando éste se encuentra en el área de juguetes. Pues bien, ahí se exhibía una Tablet pequeña marca no muy conocida y ella comentó que necesitaba una más grande y de mejor marca. Además había pedido a su hijo “bueno”, el que vive con ella en casa, que le comprara una bocina con USB para conectarla a su Tablet y oír sus discos de Pedro Infante que le gustan tanto.

Y apareció el “pero” -ese canijo “pero” que siempre anda metiendo la nariz todas partes- “…es que necesito un trabajo fijo porque no quiero que mi hijo con quien vivo gaste mucho en mí ya que él paga la renta de casa, todos los servicios básicos y la alimentación aparte de darme algún dinero extra para mis gastos.”  ¿Pero Engracia le he dicho, mientras caminábamos viendo las mercancías exhibidas, seguro que como regalo de Navidad sus otros do hijos varones que están casados le regalarán la Tablet como mínimo… no es así? Silencio, solo seguimos caminando sin hablar, de repente se detuvo, me miró y dijo “No, mis dos hijos casados no me ayudan con las cosas urgentes menos con un regalo, hace unos días le pedí a mi hijo mayor que me diera 200 pesos para completar mis lentes nuevos que costaron 450 y me contestó muy irritado con voz alta “Como me pide que le dé dinero? Sabe bien que acabo de cambiar mi carro por un 2016, acaso cree que tengo dinero para darle? Tengo muchos gastos!”

Y su otro hijo, -le dije- la ayudaría económicamente? “Quizás –respondió Engracia- pero su esposa tendría que aprobar que me diera los 200 pesos; ellos si me dan dinero a veces pero tengo que ir a su casa a trabajar en la limpieza y me pagan el día…”  Ante esta respuesta se me nubló el entendimiento y salieron algunos sapos y pequeños sabandijas desde mi quebrantada emoción. Ahora el silencio me pertenecía y también pasado un largo rato le dije: Demande a sus hijos, ellos tienen obligación legal de darle Alimentos porque usted va a cumplir 60 años, es viuda, no tiene casa propia ni trabajo o medios de subsistencia que no sea el apoyo de sus hijos. A lo cual dijo mi amiga “Ay, no pobrecitos, como les voy a hacer eso, luego no me querrían” 

A ver, escúcheme le dije, esos dos hijos de quienes hablamos no la quieren, son ingratos, son malagradecidos, dígame, acaso cuando ellos eran pequeños usted los dejó sin darles de comer o sin atenderlos en sus enfermedades o sin enviarlos a la escuela? “Claro que no, me ha respondido, siempre los cuidé y viví dedicada a mi casa y a mi familia hasta el día que murió repentinamente mi esposo y algunos bienes que me dejó como una camionetita y unos carritos para vender tacos que él alquilaba además de otras cosas como relojes y anillos que me había comprado alguna vez, los fui vendiendo poco a poco para subsistir porque en esa época hace 7 años yo no sabía hacer nada fuera de casa, ni siquiera ahora sé andar en Camión urbano (autobús) porque en casi 30 años que vivió conmigo mi esposo siempre anduve en algún carro que él tuvo.

Pues ya está, insistí,  decídase y la acompaño a la Defensoría de Oficio donde un Abogado le tramitará a bajo costo la demanda por Alimentos en contra de sus dos hijos que no la ayudan, y dígame en donde trabajan? “Pues el mayor es Gerente en tal parte y el otro es el Encargado de una Farmacia en tal otro lugar” Correcto le expresé, ellos tienen estabilidad económica, cuando vamos con el Abogado? Yo la llevo. “No, no puedo hacerle eso a mis hijos me ha respondido,  ya algún día Dios les hará ver que hacen mal al no ayudarme y como tienen hijos, ellos recibirán lo mismo de sus hijos.” Pero Engracia, el comer y vivir no puede esperar a “algún día” es a diario que tenemos que hacerlo y Dios ya le dio a Usted la inteligencia y vida para que se defienda y sobreviva y existen Leyes que la protegen!

“No puedo, porque no quiero que dejen de quererme mis dos hijos….”