Hola!, me encontraba sin motivación para volver a escribir… porque…
Un amigo bien intencionado, lo sé bien, me comentó que debía “sugerirme que inicie la elaboración de un libro académico”; y que con ello, se cumplirían los anhelos de escribir, que le he comentado; mi amigo… por eso es “amigo”, porque le dice a uno, claramente y de manera directa lo que piensa… y por eso uno aprecia tanto a un verdadero amigo… a ése que se compromete a sí mismo, con sus comentarios para el otro… y agrega “Que lograría con ello un descanso interior, a sus logros académicos y claro un orgullo sano tanto para usted como para el cúmulo de amistades con que cuenta”.
Ha sido tanta mi reflexión, que dejé de escribir en este Blog. Pero ayer, hablando con Carlos, me comenta, ése Blog eres tú misma, entiende la sugerencia de tu amigo, hecha desde su sinceridad, reconocimiento y afecto por ti, pero tu, te vuelcas desde tu interior en tu Blog, sigue…
Así que nuevamente estoy aquí con ustedes, tomando una taza de café Córdoba hecho en una infusión de un poco de canela en rama (ó también con un pequeño trozo del aromático clavo) y pensando sobre esa frase de Aristóteles de que “El objeto de la vida es la felicidad”.
Y si nos preguntamos, pero… que es la felicidad, escucharemos a Aristóteles que nos dice: es la actividad del espíritu que busca encontrar interior y exteriormente, la satisfacción que necesita en su vida para sentirse feliz. Interiormente lo logrará con la cultura, con la educación o conocimientos que va adquiriendo, que crearán (estos conocimientos) como consecuencia, a ciudadanos más concientes, y que por ende vivirán mejor en la sociedad en que se encuentren insertos.
También hay quien nos dice, buscando guiarnos en esta nuestra vida que estamos haciendo (y que es nuestra principal obligación: hacer nuestra propia vida) que debemos tener en cuenta, dentro de este contexto de conocimientos (la parte interior según Aristóteles) a la naturaleza misma de las cosas… Así de básico y lógico, que al vivir, debemos tomar en cuenta el lugar en que vivimos, para deambular en su ambiente de la mejor manera, es decir, si hace frío, tomar conciencia de ello y abrigarnos, por ejemplo… “No hay frío decía un amigo Ruso, sino lo que hay, es mal abrigo…”
Finalmente, quiero recordar a MacIntyre (ya casi contemporáneo nuestro, 1929) que nos dice que “la finalidad de lo que el hombre busca hacer, lleva como idea central la visión de que la humanidad como tal, se completa en una visión unitaria”; por eso, digo que estamos cumpliendo y escribiendo y reescribiendo nuestro destino, que al hacerlo no olvidemos que ni vamos solos, ni podemos ir solos, ni queremos ir solos. Somos esa humanidad que se complementa a si misma, buscando/logrando su trascendencia, su evolución, su búsqueda de su felicidad…
Y en este tema habrá RECETA?, me diría Vicky, pues si, lo intentaré de nuevo:
Convive con tu entorno, porque al darte cuenta en donde estás y como te comportas en tu medio ambiente, con su naturaleza y con el resto de la humanidad, estás creando las mejores posibilidades de vida para tus hijos, y los hijos de tus hijos, y los hijos de tus hijos de tus hijos…. El amor más sagrado que puede existir… bueno, yo soy Madre…