La sombra de un pájaro se trasluce por la ventana y ya no
nos importa. Acaso no es otro ser como yo que, que vive y experimenta en esta
existencia en esta Creación? Acaso no
tiene él mismo sus propósitos para cumplir con la ley natural que lo regula y
así continuar en su ascenso en su transformación en su trascendencia? Quizás al
acercarse a través del vidrio de mi ventana quiere decirme algo, hacerme pensar
en algo que me importa o me beneficia. Pero ya no hacemos caso de ningún signo,
de ningún aviso. La naturaleza está ahí para nosotros y la ignoramos. Nos han
capturado. La Tv. nos ha atrapado, así al despertar lo primero que hacemos es
encender la “cajita idiota” aunque quien es más idiota???
Quizás ya no haya pájaros –no visible o no habitando- en el
lugar en donde vives… han triunfado quienes te robotizan dejándote aislado de
una maravilla de la creación, de ese pajarito parduzco sin colores brillantes,
común, y libre! que cuando lo apresan muere. O de ese otro pájaro más grande, negro que lo
han estigmatizado como tenebroso, el llamado cuervo, que en mi niñez avisaba de
la llegada de un visitante a casa. O de aquellas golondrinas que anidan en
elegidos y selectos lugares de
casas o tejados en ciertas partes del año según
las temperaturas.
Y que hablar del gallo, ese majestuoso ser que al alba está
cantando su eterna melodía, sin cambiarle un ápice, siempre la misma, vigente,
imperecedera que no necesita cambiar por un modelo más avanzado puesto que su
programa sigue cumpliendo los fines para los que fue hecho y nosotros??? Cambiando
de aparatos, inventando aparatos, entregándonos a aparatos olvidando que si
nosotros estamos construyendo esos aparatos es porque su función, su utilidad
su disfrute está programado y contenido dentro de nosotros… no necesitamos
crear fuera de nosotros lo que tenemos dentro, solo darnos cuenta, conocer de ese
funcionamiento nuestro y vivirlo. Creer en ello. Y disfrutar del canto y la
vista de ese pajarillo pardo y todo lo que le rodea, luz, día, noche…
existencia.