La desesperanza nos asalta como piquete de mosquito… de repente, esto sucede cuando quieres ayudar a alguien señalándole un camino que ya conoces y has comprobado que es útil y adecuado para esa finalidad que ese “alguien” busca. Resulta que voy a la Carpintería y me dice Juanito quien es ayudante del Carpintero “tengo gripe”, así, sin más comentario y como respuesta a mi saludo. Es ese grito de ayuda que sale accionado por algo más que nuestra voluntad consciente.
Ante tal situación me ofrezco a hablar con un médico amigo para que lo consulte por teléfono (dice Juanito que no tiene tiempo de ir a su Consultorio Médico) y concertada la cita para que vía teléfono realice Juanito su consulta voy y le entrego en mano el número telefónico del médico. Al día siguiente le llamo por teléfono y me dice, ayer iba a llamarle al Médico que usted me ha conseguido, pero al llegar a casa en la noche, vi que olvidé el número de teléfono en la carpintería…
Y ahora recuerdo que leí lo siguiente: “Cuando nos bloqueamos a nosotros mismos, somos los ladrones de nuestra propia vida, de nuestra energía vital”
No hay comentarios:
Publicar un comentario