Segunda Parte
Por eso, cuando me he
perdonado a mí misma, al haber comprendido mis haceres y darles una solución, encuentro
paz, mi consciencia ya no me reprocha, porque ya no hay batalla interna al
haberme perdonado a mí misma, luego de esa ardua lucha entre conocerme y
aceptarme, -en donde no he tenido que impresionar a alguien ya que es solo un
diálogo con mi ser interior-, no hay reproches ni recriminaciones ni culpas,
porque lo que hice mal, he pedido perdón (verdadero sentimiento de perdón) físicamente
o desde mi espíritu y lo que hago ahora, es con mi mejor esfuerzo de no dañar a
otro; quizás dañe, pero no tengo la intención de hacerlo, así, podré al
reflexionar, corregir/reparar el error o
el daño y seguir perdonándome a mí misma, que es la forma de trascender, la
forma de aprobar las matrículas en esta escuela del vivir.
Lo que me
dañaron otros, es daño si lo considero como tal, pero si reflexiono y me doy
cuenta de que no es mi hacer sino el de otros (su responsabilidad y no la mía),
pasa a ser desperdicio que quemo en el fuego violeta sagrado de la
conmiseración por el dañador y el olvido de lo que no me interesa tener en mi
vida. Elección!!! Pastilla roja o pastilla blanca…
Creo que ésta es la
base del perdón de los pecados o errores dañosos conscientes; esa reflexión
consciente primero de que yo soy y estoy
en este mundo viviendo en esta forma
en este tiempo igual que lo están haciendo otros y que lo que me toca hacer o
corregir es mi tarea no la de otros, elegir
vivir depurando mi forma de vida y tras hacerlo maravillarme con la
existencia, con lo que es, con lo que
hay, desde el más pequeño ser hasta el más grande y maravilloso, que a resultas
somos parte de la misma creación.
Y el dañador, el que
me dañó, podrá o no realizar el mismo análisis, será su elección.
Porque… “En el
análisis final es todo entre tú y Dios” W. Dyer
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarW. Dyer comentó a la Madre Teresa de Calcuta:
ResponderEliminar"Muchas veces la gente es poco razonable, ilógica y egocéntrica: perdónalos, igualmente. Si eres amable, la gente puede acusarte de tener motivos egoístas ocultos: se amable, igualmente. Si eres una persona de éxito, te ganarás algunos amigos falsos y algunos enemigos de verdad: ten éxito, igualmente. Si eres honesto y sincero, puede que la gente te engañe: sé honesto y sincero, igualmente. Puede que alguien destruya en un momento lo que te ha costado años construir: construye, igualmente. Si encuentras la serenidad y la felicidad, puede que tengan celos: sé feliz, igualmente. El bien que hoy hagas mucha gente lo olvidará mañana: haz el bien, igualmente. Dale al mundo lo mejor que tengas y puede que nunca sea suficiente: dale al mundo lo mejor que tengas, igualmente. Mira, en el análisis final, es todo entre tú y Dios. No entre tú y ellos, con que, igualmente."