Como crisálida
viendo la transformación de tu vida en ese mismo instante, en ese preciso
momento… lejos de tu voluntad (al menos
no de la voluntad del momento) miras un cambio que se desarrolla en tu interior
y lo que te atormentaba lo ves como el paisaje que va quedando atrás cuando
viajas por carretera; los fardos en tu vida se caen, ya no hay necesidad de
llevarlos –nunca la hubo quizás-, te sientes diferente,
sabes que eres tú mismo pero también que ya no eres exactamente el mismo, tus
intereses son otros y quieres despojarte de aquellas cosas que guardabas como
recuerdos, de aquellas prendas que porque son de lana no quieres dejar y la
talla y el estilo y lo pesado que ahora lo siente tu cuerpo, te dice que los
abandones, que la ropa que ahora quieres usar es diferente, que de hecho ya no
usas esas viejas cosas anticuadas, ásperas y pesadas, que ahora hay tejidos
ligeros, estilos minimalistas, colores pálidos o lisos que te gustan más… en
fin, estás cambiando o has cambiado ya, aunque te resistas.
Y que pasa
entonces? Haces caso a ese anhelo apremiante de cambio, decides no preocuparte
y quedarte como estás o te has quedado paralizado sin asimilar lo que está
pasando en tu ser, en tu interior, en la verdadera esencia de tu existencia que
es tu sentir; porque quien siente? Desde la perspectiva del intuir, del darse
cuenta, no eres tú, este que vive, come y duerme el que siente, sino el que
está en tu interior, ese que pocas veces oyes y que casi nunca le das oportunidad
para que emerja.
Que no
sabes cómo dejarlo emerger? Siéntate bajo un árbol o en el punto que más te
guste de tu casa o de aquel parque o de
aquella calle y ya instalado, deja de pensar por 5 minutos, date permiso
para no hacer nada ese momento, y quiere que tu ser interior (aunque te digas que no sabes qué es
eso) se comunique con esa gran energía del universo de tantos nombres como
Dios, Gran Espíritu, Gran Fuerza, El Preexistente, El Innominado,
El/Ella/Ello universal puesto que
lo que crea todo si fuera un ser humano que no lo es, no lo concebiría de un
determinado género. Por la forma de nombrarlo no tengamos angustia. Lo
esencial es encontrarnos dándonos el tiempo y el permiso para esos 5 minutos de
no pensar y sentirte re-conectado con tu Creador sin preocupaciones ni
expectativas puesto que ya en contacto con la Gran Fuerza, de nuevo, “todo se
dará por añadidura”.
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