Hay muchas recetas para vivir feliz; Nos dicen que comer,
que vestir, que pensar; Estamos confusos a veces ante tanta información o a
veces manipulación.
Nos preocupa vivir la vida, como si esta vida fuera una solamente
y al terminar no tuviera yo de nuevo una vida. Recalificamos el que la vida es
eterna enviando su sentido solo a un plano “espiritual” al que nos han enviado
las religiones; la religión, ese bastón y/o muleta que alguien se inventó para
manipularnos y que nosotros recibimos cómodamente en algunos casos e impuesta
en otros.
Vivimos intentando aprender cuantos presidentes hubo en el
país y cuando nacieron y cuando murieron además de sus hechos “gloriosos” los
que en mayor parte están manipulados si ellos o su grupo fueron los ganadores
en sus contiendas. La historia es una mentira. Parte de la manipulación para
someternos. Para que? Para esclavizarnos. Cómo? Desde el famoso dicho de la
religión que reza “los pobres de espíritu heredarán la tierra” hasta que el de
que “el rico no pasará por el ojo de la aguja”, ¡Ay, no, no quiero ser rico,
prefiero pasar al reino de los cielos! Fua! La gran mentira. El reino de los
cielos… Si existe el Gran Espíritu, El
Creador, La Gran Fuerza, como yo creo que existe, va a estar conforme que toda
la riqueza que en todos los mundos ha creado, no la disfrute yo, su hijo amado?
La creó para mí! Y esos aprovechados acaparadores que en mi cultura se llama
Vaticano y Trasnacionales han usado la ley del azadón: “todo solo para mí”. El
reino de los cielos está en donde yo esté, en donde yo estoy. Que no me
cuenteen! Y Así ellos lo aprovechan… listillos o mejor dicho bandidos,
criminales.
Debemos darnos cuenta y rectificar reclamando lo que me
corresponde. Un pedazo de esta tierra, de sus frutos, de sus aguas, de su mar,
de sus estrellas y de todo aquello que con su inteligencia que el Creador nos
brindó, el hombre crea y que eso mismo beneficie al hombre.
Debemos darnos cuenta, despertar, rectificar cuando sea
necesario y no temer a la verdad empezando con la propia, la de nuestra propia vida que es el camino para conocer la
verdad de las demás cosas.
Por eso digo que:
Enmarcando nuestras vidas el mundo sus reglas fija
y señala nuestras sendas para caminar sin prisa
Y cuando el andar desborda de la senda el sendero
pincha nuestro pie maleza reacomodando su fuero
y con dolor y con llanto toma hombre su destino
que él construyó y por tanto debe realizar con tino
Y si quiere desandar ése camino trazado
valor debe de tomar y desandar lo ya andado
y recomenzar de nuevo el recorrido fallido
labrando nuevo camino
trazando nuevo sendero
que al fin y al cabo destino va a quien le llama primero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario