...dentro una barra de hielo, barrilitos y cocas!!!
Al caminar bajo aquel sol absolutista ese sol que solo
impera él mismo sobre todo aquel lugar ese sol implacable que puede
desequilibrar nuestro paso si estás mucho tiempo sin protección bajo sus
hermosos y en ocasiones letales rayos era parte del camino para ir al otro lado
de los rieles a visitar a mi Tía Delmira.
La hermosura de la arena dorada que forzosamente tenías que
pisar durante casi 600 metros –arena dorada, muy escasas plantas de “gobernadora”
y bajo éstas conchitas de caracoles, algunas lagartijas escurridizas y
saltamontes- me llevaba en un encantamiento que a mis escasos 6 o 7 años no
notaba lo arduo de la caminata obligada porque no había más medio de transporte
excepto el taxi de Don Olegario que casi siempre estaba ocupada trasladando
gente del Pueblo hacia Moncloa o quizás subirte al carretón de la leche de los
Chimiros, tipos aguerridos difíciles para convivir.. así que si queríamos ir a
casa de la Tía para tomar coca cola que tenía enfriando en una hielera metálica
color rojo que en grandes letras tenía el nombre de dicho refresco había que
hacer la jornada. Alguna vez, habían ido mis hermanas con mamá a casa de Delmira
y contaban como si fuera leyenda que les habían dado coca-cola, así que
esperanzada seguía yo caminando para ver ese tesoro de varias botellas del refresco
así como otras de Barrilito enfriadas todas con hielo de la Fábrica de hielo
del pueblo (famosa por distribuir su producto a varias comunidades cercanas en la
región).
“Hay polvo de oro en la arena” había dicho Don Cipriano
quien sabía mucho de minerales porque era el albañil del pueblo, el
que traía la arena del río para las construcciones, quien encargaba las piedras
azules cuadradas que como bloques adornaban/protegían algunas fachadas de casas
y en fin ¿Quién iba a saber más que él que andaba siempre entre tierra, cal, piedras
y que además había trabajado varias
temporadas con el ingeniero Melquiades quien le había enseñado a distinguir los
diferentes tipos de minerales que había en la región y le había dicho que si se
juntaban varias toneladas de tierra dorada de ese pueblo semi-desértico,
sacarían varios kilos de oro!!!
Caminaba yo sobre oro! Grandioso! Emocionante! Que niño se
hubiera cansado al ir caminando sobre polvo de oro?
Finalmente llegamos, realmente como semi-náufragos, era
obligado pasarnos a la sombra a sentarnos, descansar y tomar algún líquido frío
(que yo sabía sería coca-cola!) La Tía Delmira dijo que nos traería algo de
tomar y regresó al Salón (Sala) de la casa con una jarra fresca de … limonada,
mmmmh y las cocas y los barrilitos y el tesoro de refrescos dentro de una
nevera metálica roja con un bloque grande de hielo dentro? Ya no había dinero,
eran otros tiempos y ahora el Tío se encontraba postrado en cama sobreviviendo
con su pensión. Ah un Tío! Yo no sabía que había un Tío, que yo tenía un Tío y dijo
Delmira, si este hombre quisiera compartir su tesoro de monedas de oro con
nosotros, su familia, seguiríamos teniendo hielo en la nevera y refrescos fríos
para compartir con los parientes y amigos, pero duerme con el costal dinero debajo
de su cama y no hay manera….
Continuará
Que hizo LdeL ante aquella posibilidad de que finalmente, por
Dios! pudiera tomar un poco de coca-cola fría de aquella fantástica hielera
roja???
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