Cierto, la vida se hace en momentos…


Blog escrito por: Laura de Lunne

Enero 1° 2013

TERCER ESCRITO:

Somos la única chispa de luz, con vida propia, avancemos sin temor,

Hasta mañana!


lunes, 14 de enero de 2013

EL SEÑOR DEL SOMBRERO. Soy MI propio Juez... III



Había cerrado el capítulo del miedo a los muertos  en una auténtica derrota de mí misma contra mis miedos, pero tengo aún dos o tres historias que contarles…  Algunos muertos están “vivos”, lo sé, y tal vez  quieran o necesiten que se sepa su historia.
El primer muerto o aparecido que recuerdo es el señor del sombrero. Vivíamos en un lindo chalet de ladrillos rojizos de la calle Guerrero -que había pertenecido a uno de tantos otros Ingleses que vinieron al pueblo para  instalar las vías del ferrocarril- con puertas interiores cuya parte superior era de vidrio estampado de pájaros y flores de vivos colores, lo que me parecía un jardín dentro de casa. Había recién cumplido los tres años y me encontraba jugando a un lado de la máquina Singer de coser ropa en donde mi madre hacía alguna costura y platicaba a la vez con alguna amiga o vecina que la visitaba en  las calurosas tardes de sol amarillo.
Me sentaban en un tapete hecho de pedacitos de tela, -sobras de telas que mamá doblaba en triángulos y enseguida los pegaba a una manta formando el tapete-, y  en esas ocasiones pasaba mi tiempo muy entretenida porque platicaba con el señor del sombrero y  gabardina oscura, quien me platicaba cosas que sucedían en otras partes.
Casi siempre por las tardes, veía como súbitamente el señor del sombrero iba apareciendo desde el aire mostrándose poco a poco hasta que lo veía completamente y en uno de aquellos primeros encuentros, en los que me hablaba de comportamientos de la gente, mi madre me envió  a traer un “mandado” a la tiendita de la esquina y me levanté de mi tapete para ir, entonces el señor me dijo, siempre haz alguna cosa que te guste hacer cuando salgas a la calle, para que te formes hábitos y disciplina y así cuando estés grande, puedes hacer lo que te propongas, si sabes cómo hacerlo; igual que es la disciplina en un hábito sencillo, será en uno más complejo. Como cuál? Le pregunté. Me dijo, por ejemplo, siempre anuda el lazo de tu vestido o ponte un cinto en tu vestido, así formarás un hábito que tú puedes controlar ahora. Fui a la tiendita a comprar “leños de dulce de leche” y regresé corriendo, pero el señor del sombrero, duraba siempre poco en sus visitas, decía que no podía sostener mucho rato el tiempo.
La última tarde en que le vi, (solo yo lo miraba y hablaba con él) me estaba enseñando a entender el Inglés porque me habían prestado un cuento de grandes dibujos  escrito en ese idioma, esa vez aprendí dos o tres palabras de las escritas en mi cuento y cuando le dije a mamá dichas palabras, vino el espanto en  ella y en respuesta a sus preguntas sobre quien me había enseñado esas palabras, le platiqué sobre el señor del sombrero, al cual buscaron inmediatamente en toda la casa y alrededores… Seguro me llevó a la Iglesia a “exorcizarme”… no recuerdo bien, solo sé que nunca volví a ver al señor del sombrero hasta la fecha. A mí me gustaría que volviera a contactarme.
Ahora, una persona de mi familia me dice: “Porque escribes sobre tus miedos? Sé que todos tenemos miedos, a muchas cosas, pero casi nunca nadie queremos hablar de ello... “
 Le contesto que precisamente por eso hablo de mis miedos… como dices, todos tenemos miedos y yo platico de los míos, porque creo que hay que darse cuenta de que se tiene miedo, hay que saber a qué se tiene miedo, tomar el miedo en nuestras manos, conocerlo y hasta amarlo y cuando ya suceda esto, ese miedo dejará de ser tal, ya no será más miedo, lo habré conocido, entendido,  comprendido y le habré dado una explicación y un sentimiento en mi vida; como al feroz diablo rojo de la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús, que nos espantaba a todos los niños, y que ahora lo veo como una pintura graciosa...
Mi pariente me comenta de nuevo: “… Respecto a los "miedos " YO los tengo, muchos,  a la oscuridad principalmente, y creo que esto es porque nuestros padres nos asustaban de pequeños para que pudiéramos conciliar el sueño y "apaciguarnos”. Una de mis más fuertes fobias es a los ratones, jamás he podido soportarlos, aaaahhhh como les temo, me da ansias verlos... les digo en broma a mis hijos que quizás en otra vida fui elefante, ya ves cómo les temen a los ratones. No sé hasta cuándo o de qué manera algún día yo supere esos miedos al igual que he ido superando otras cosas y al mismo tiempo aprendiendo de ello también. Sabes ? he comprendido que Dios y la vida nos da lecciones y que si no aprendemos una vez , nos la vuelve a repetir hasta que la aprendamos y podemos dar el siguiente paso ... Por eso estoy tratando de captar las señales y hacer algo por mí y mis semejantes empezando por mi familia. Eso me ha ayudado a crecer como persona, hija, madre, hermana y amiga., y me ha hecho sentir orgullosa de mis raíces”

  









Bravo! le he respondido a mi familiar,  !Pues para eso escribo sobre mis miedos!


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