“El agua corre hacia el poniente ahora, ha cambiado
su anterior curso ya que todos los ríos y arroyos siempre corrían hacia el
oriente hasta llegar al mar y eso presagia un designio: Que todo aquello que
empezaste a hacer alguna vez en tu vida, regresa hoy en día, para que vuelvas a
intentarlo sin olvidar que se requiere de un bravo corazón para volver a
hacerlo ahora y conseguirlo” De esta guisa era la plática que yo escuchaba
sentada en el Porche de mi casa. Créanmelo, creí que eran algunos grandes filósofos
o místicos que deambulando por la ciudad –clásico en ellos- habían llegado
hasta el lugar en donde yo vivo y he aquí que tenía la suerte de escucharlos e
incluso, quizás, pudiera ser, hacerles una de esas grandes preguntas que todos
tenemos dentro de nuestro ser pendientes de resolver….
Existe Dios?
Cristo es Dios o es el hijo de Dios?
Yo soy hija de Dios?
Si fuera así, entonces yo soy hermana de Cristo?
“Lo que yo hago ahora ustedes lo pueden hacer”, dijo Jesús
El Cristo. Entonces somos iguales en esencia? Sin embargo sé claramente que
somos diferentes, luego, si soy esencialmente su hermana, su parecida en las posibilidades
es que soy su igual? Posibilidades, esa es la palabra y como me dice alguien,
otra importante clave en el hacer humano es tener “congruencia entre lo que
creo y lo que hago” (Recordemos que todo
lo igual, es diferente precisamente por ser igual y no lo mismo)
Ya ante este cuestionamiento, detuve mis
pensamientos para ir rauda y veloz a buscar a esos grandes filósofos… Salí y …
solo estaban maullando levemente el gato negro y mi amigo el gato rallado.
Cómo??? Que??? No podían haber desaparecido aquellos sabios! My God! Par Dieu, Per
Dio, Für Gott, Para Deus, Для бога, ああ!!!!!
Y más !!!!
La reflexión
tocó mi mente ¿Sería posible? Los gatos, esos pequeños “seres insignificantes”
llegarían a tener pensamientos? Y más aún, pensamientos existenciales! Los miré
a los ojos, me miraron entrecerrándolos y abriéndolos como ellos suelen hacer y
ambos al unísono hicieron miauuuu, dieron media vuelta y se fueron lentamente
en fila india. Eso no tiene nada de raro lo excepcional fue que al llegar a la
esquina voltearon también al mismo tiempo, mi miraron ronroneando y finalmente
dieron vuelta desapareciendo de mi vista.
Quedé un buen
rato en el mismo lugar, sin moverme, tratando de que aquella escena quedara
gravada en mi mente porque cada vez que la recordaba, cada vez que la volvía a ver
con los ojos de mi recuerdo, encontraba nuevas señales, nuevos sentires, nuevas
vías de entendimiento, como eso de que están nuevamente en mis manos, en mi
decisión de hacer, todas las posibilidades de realizar lo que no pude tiempo
ha, de que puedo volver a intentarlo “con bravo corazón” y lograrlo, obtenerlo,
vivirlo.
Bien, me he
convencido me dije, no sin enviar un pensamiento de agradecimiento a aquellos
dos gatitos, que digo por Dios! quise
decir a aquellos dos filósofos… pero, cuáles?
A donde se
fueron si es que estuvieron ahí? Creo que tendré que pasar más tiempo en el
Porche de mi casa y vigilar, vigilar, vigilar, que por algo ese gran Ser nos
dejó dicho: “VELAD y PEDID!” Que traducido a mi entendimiento significa: OBSERVEN el mundo en el que están y OBSÉRVENSE
A SÍ MISMOS, dense cuenta de quienes son, que están haciendo en esta
oportunidad de aprendizaje en esta vida en esta Tierra y pidan lo que necesitan para aprender cómo vivir mejor consigo mismos.
Sí, pidamos a
manos llenas, que al Universo/Dios/Gran Espíritu/Fuerza Creadora o como ustedes
quieran llamarle, le sobran recursos para darnos…
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