Ante una
noche de descanso completo –de las 10 de la noche a las 6 de la mañana
ininterrumpidamente (!)-me dije este es el día perfecto para iniciar el fallido
intento de caminar en la frescura de las primeras horas del día, y sin pensarlo
más me levanté y me fui a la tienda de 24 Horas –recorrido de 7 cuadras de ida
y otras de vuelta, pero recorrido al fin- .
La intención era comprar harina y como regalo por ser disciplinada en
caminar (aunque solo era el primer día)
una coca cola.
Pero estaba la máquina de café, y contra mi voluntad
y todas las voluntades del mundo, me compré un vaso chico. De repente se me
calló un poco al piso –es que lo llené mucho para aprovechar la compra al
máximo- y coloqué unas servilletas sobre
el líquido, de repente vi una mano que tomaba dos servilletas más y las
colocaba en el lugar; Gracias!
Era María de la Luz e iba a su trabajo; este día le
tocaba lavar la ropa del bebé de esa casa en donde es la Asistenta. Ah que bien le dije y agregué, Tiene
usted algún día libre para que me ayude a mí?
Le dije que anotara mi número telefónico, no lo pudo
hacer. María de la Luz no sabe escribir ni leer, tampoco dijo conocer los
números. Le anoté en su celular mi teléfono obligándole a que leyera cada número
que yo anotaba en su móvil que ella usa como alarma para saber la hora de
salida de su trabajo. Excepto el número 6 supo los demás números. Y dijo que le era más fácil caminar conmigo
rumbo a mi casa y así guardaría en su memoria el lugar.
En casa la invité a pasar y ya sentadas tomando nuestro
café y luego de saber cuántos dolores en el cuerpo tenía ella y cuantos yo, me
dijo “cuando yo me enferme no voy a tener a nadie que me cuide”; Pero María de
la Luz dices que tienes 6 hijos de los cuales actualmente 3 son de 19 a 26
años, alguno te cuidará… No, ninguno, ahora yo trabajo y les doy de comer a
todos, incluyendo a su papá. Pero –arguí- ellos te dan algo de dinero? El padre me da
700 pesos por semana y solo uno de los hijos me da 300 pesos por semana pero yo
pago la renta y los servicios básicos además de la Despensa porque todos comen en casa de lo que yo compro cada
semana y que es dinero de mi trabajo como asistenta en varias casas. Así que si
un día me muero ellos no van a saber que hacer para vivir, no podrán vivir
solos.
Esperé un poco a que sus lágrimas se secaran y le
dije: A ver María de la Luz, dime ¿Cuándo naciste con quien naciste? Nací sola!
Y cuando te mueras, con quien te tienes que morir? Pues con nadie, creo que me
moriré solo yo en ese momento. Bien, entonces naces sola y mueres sola, Cierto?
Sí, así es. Bien entonces, no crees que tus hijos son iguales a ti que nacen
solos y morirán solos? Pues no sé.
Mmmmh vamos a ver, contéstame esta pregunta: Has visto o sabido que existen niños huérfanos
de madre? Sí, sé que existen. Bien y esos niños has visto que crecen y se hacen
personas mayores aunque su madre se ha muerto? Sí, los he visto, pero si yo me
muero mis hijos no van a sobrevivir porque yo soy quien los mantengo!
…….
Pues María de la Luz, tómate tu café para que no se
enfríe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario