Cierto, la vida se hace en momentos…


Blog escrito por: Laura de Lunne

Enero 1° 2013

TERCER ESCRITO:

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sábado, 10 de diciembre de 2016

Engracia no recibe apoyo económico de sus hijos. -Demándelos!- “Ay no pobrecitos" ParteII



“Necesito comprar una Tablet porque los días de Lectura en mi Organización tengo que cargar varios libros que usamos y con la Tablet solo busco la lectura de que se trate ese día” me comentó Engracia. Acabábamos de entrar al Super –día de frutas y verduras en el que mi amiga me ayuda en casa- y luego de tomar un café de obsequio con una rebanita de cake de chocolate avanzamos por aquel largo corredor de exhibición y ahí estaban las Tablets. Los ojos de mi amiga normalmente algo apagados  brillaron súbitamente al verse rodeada de los aparatos que buscaba, móviles, computadores y más artilugios electrónicos. Solo en un niño he podido ver esa mirada y ese resplandor en la cara cuando éste se encuentra en el área de juguetes. Pues bien, ahí se exhibía una Tablet pequeña marca no muy conocida y ella comentó que necesitaba una más grande y de mejor marca. Además había pedido a su hijo “bueno”, el que vive con ella en casa, que le comprara una bocina con USB para conectarla a su Tablet y oír sus discos de Pedro Infante que le gustan tanto.

Y apareció el “pero” -ese canijo “pero” que siempre anda metiendo la nariz todas partes- “…es que necesito un trabajo fijo porque no quiero que mi hijo con quien vivo gaste mucho en mí ya que él paga la renta de casa, todos los servicios básicos y la alimentación aparte de darme algún dinero extra para mis gastos.”  ¿Pero Engracia le he dicho, mientras caminábamos viendo las mercancías exhibidas, seguro que como regalo de Navidad sus otros do hijos varones que están casados le regalarán la Tablet como mínimo… no es así? Silencio, solo seguimos caminando sin hablar, de repente se detuvo, me miró y dijo “No, mis dos hijos casados no me ayudan con las cosas urgentes menos con un regalo, hace unos días le pedí a mi hijo mayor que me diera 200 pesos para completar mis lentes nuevos que costaron 450 y me contestó muy irritado con voz alta “Como me pide que le dé dinero? Sabe bien que acabo de cambiar mi carro por un 2016, acaso cree que tengo dinero para darle? Tengo muchos gastos!”

Y su otro hijo, -le dije- la ayudaría económicamente? “Quizás –respondió Engracia- pero su esposa tendría que aprobar que me diera los 200 pesos; ellos si me dan dinero a veces pero tengo que ir a su casa a trabajar en la limpieza y me pagan el día…”  Ante esta respuesta se me nubló el entendimiento y salieron algunos sapos y pequeños sabandijas desde mi quebrantada emoción. Ahora el silencio me pertenecía y también pasado un largo rato le dije: Demande a sus hijos, ellos tienen obligación legal de darle Alimentos porque usted va a cumplir 60 años, es viuda, no tiene casa propia ni trabajo o medios de subsistencia que no sea el apoyo de sus hijos. A lo cual dijo mi amiga “Ay, no pobrecitos, como les voy a hacer eso, luego no me querrían” 

A ver, escúcheme le dije, esos dos hijos de quienes hablamos no la quieren, son ingratos, son malagradecidos, dígame, acaso cuando ellos eran pequeños usted los dejó sin darles de comer o sin atenderlos en sus enfermedades o sin enviarlos a la escuela? “Claro que no, me ha respondido, siempre los cuidé y viví dedicada a mi casa y a mi familia hasta el día que murió repentinamente mi esposo y algunos bienes que me dejó como una camionetita y unos carritos para vender tacos que él alquilaba además de otras cosas como relojes y anillos que me había comprado alguna vez, los fui vendiendo poco a poco para subsistir porque en esa época hace 7 años yo no sabía hacer nada fuera de casa, ni siquiera ahora sé andar en Camión urbano (autobús) porque en casi 30 años que vivió conmigo mi esposo siempre anduve en algún carro que él tuvo.

Pues ya está, insistí,  decídase y la acompaño a la Defensoría de Oficio donde un Abogado le tramitará a bajo costo la demanda por Alimentos en contra de sus dos hijos que no la ayudan, y dígame en donde trabajan? “Pues el mayor es Gerente en tal parte y el otro es el Encargado de una Farmacia en tal otro lugar” Correcto le expresé, ellos tienen estabilidad económica, cuando vamos con el Abogado? Yo la llevo. “No, no puedo hacerle eso a mis hijos me ha respondido,  ya algún día Dios les hará ver que hacen mal al no ayudarme y como tienen hijos, ellos recibirán lo mismo de sus hijos.” Pero Engracia, el comer y vivir no puede esperar a “algún día” es a diario que tenemos que hacerlo y Dios ya le dio a Usted la inteligencia y vida para que se defienda y sobreviva y existen Leyes que la protegen!

“No puedo, porque no quiero que dejen de quererme mis dos hijos….”

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