Cierto, la vida se hace en momentos…


Blog escrito por: Laura de Lunne

Enero 1° 2013

TERCER ESCRITO:

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domingo, 16 de febrero de 2014

Un extraterrestre… en mi escuela primaria. Y otros más. Mis viajes IV. Segunda Parte





Esos seres con quienes iba conversando habían estado en contacto conmigo mucho tiempo antes, creo, porque los conocía bien, pero ese día, recuerdo que…

Cierta mañana cuando iba caminando por el pasillo de mi escuela primaria vi que desde el otro extremo venían caminando dos niñas compañeras de aula y fui consciente que algo/alguien me dijo: “cuidado, estás hablando sola mientras caminas y ahí vienen dos compañeritas tuyas que si te ven así, dirán que no estás bien”, en ese momento me di cuenta que me encontraba como entre la realidad y el sueño hablando con seres que veía y hablaba en una especie de imaginación y les dije: “un momento”, y me coloqué frente a una palma que estaba en el pasillo diciendo en voz un tanto alta “palma, palma, tu eres mi amiga y por eso me gusta hablar contigo” y en eso  las niñas pasaron por mi lado viéndome de reojo y más tarde comentaron en el salón de clases, que Laura hablaba con los árboles…

Recuerdo las risas de los niños y niñas, luego el bullicio del salón haciendo ya otra cosa y olvidando mi incidente, pero yo permanecía en lo que ahora puedo llamar un estado latente de ser, sabía que estaba ahí, veía lo que pasaba pero era un yo interior el que se daba cuenta, el exterior solo estaba en ese lugar y no reaccionaba con enojo o alguna emoción, solo ahí indiferente y dedicada a estar en clase aprendiendo lo que en ese momento nos enseñaba la profesora, quien de alguna manera me entendía, incluso más que yo misma, porque me dijo no les hagas caso, tienen envidia de ti porque eres muy aplicada en clases. Y sinceramente, me era indiferente ser aplicada o no en clases, para mí solo era normal ver el asombro y risas de ellos por saber que yo hablaba con los árboles y seguir guardando silencio porque hubiera sido peor para mí que supieran con quienes realmente había estado hablando.

Cierto, esos seres con quienes iba conversando en el pasillo habían estado en contacto conmigo mucho tiempo antes, creo, porque los conocía bien, pero ese día les dije que me habían puesto en vergüenza delante de mis compañeritas y que debían haber elegido un mejor lugar para hablar conmigo y no ponerme en evidencia y agregué que nunca más quería volver a hablar con ellos. Recuerdo y los veo ahora mismo en mi recuerdo, que se pusieron algo tristes, un muy poco tristes, pensativos y el que hablaba conmigo, desde dentro de alguna estructura quizás como un cuarto de techo muy bajo color gris claro, me dijo que respetarían lo que yo decidía en ese momento y desde entonces nunca más los he vuelto a ver. O quizás sí, no estoy muy segura si son algunos que en otras ocasiones he visto y oído, pero ya en mi edad adulta. Cuando niña nunca más los volví a ver u oír si es que a esa comunicación conmigo se podría nombrar así…

Sin embargo, las niñas habían escuchado algo más, y pasado el primer bullicio me preguntaron con quien hablaba yo cuando me encontraron en el pasillo de la escuela, porque ellas habían escuchado la voz de un hombre… ahí ya intervino la directora de la escuela y mandaron llamar a  mi profesora para averiguar sobre el incidente, la que al preguntarme sobre el hombre que supuestamente había hablado conmigo y yo negarlo, solo me miró y dijo que tuviera mucho cuidado y que ella hablaría con la directora por mí, pues sabía que yo era una alumna muy seria y estudiosa. Este último incidente casi se me olvidaba. Creo que lo quise dejar de pensar durante mucho tiempo... Algo ha de haber sucedido como consecuencia de este suceso en el que aparentemente yo, una niñita de 9 años estaba hablando con un hombre adentro de mi escuela, un hombre que nadie vio, que solo aparentemente lo escucharon dos niñas y que jamás pudieron tener noticia alguna de que alguien más lo hubiera visto en dicha institución, creo que debido a la “posible inseguridad” en esa escuela mi familia me cambió al Colegio México de mi pueblo en ese mismo años escolar.

Y quizás Ellos nunca se han retirado de mí, pero yo no he sabido o querido aceptar el contacto o comunicación de nuevo, y para elucidarlo va una pequeña anécdota, sucedió hace más de 20 años cuando una medianoche fueron al salón de mi casa y me dijeron -luego de hacer ruidos como de motor para despertarme-, que al día siguiente fuera a una casa que se encontraba ubicada a la derecha de la mía y defendiera ahí a alguien que necesitaba ayuda, recuerdo que les dije –desde mi recámara en donde estaba durmiendo y que ahora sé que fue mentalmente- que me señalaran cual casa y me contestaron ve y toca puerta por puerta y en una de esas casas vas a encontrar el problema, yo….


Continuará Miércoles

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