Cuento para el niño
que me dijo: yo sería muy feliz si viviera en esta casa
Esta era una vez…
Sentado en una piedra de aquella bonita ladera a un lado del camino que
lleva de ese pueblito a la escuela, se encontraba Pedrito comiendo un elote con
salsa de chile rojo, crema y limón cuando pasó como todos los días aquel
papalote que él esperaba ver volar cada tarde.
Algunas veces era la cara de una águila, otra vez la de pinocho, más de
las veces solo un mono pintado con ganas de asustar o de hacer reír por lo
cómico que era ver un ogro feo color verde y ojos simpáticos moviéndose al
capricho del viento.
Todo ese trajín lo quería ver Pedrito para pintarlo en su cuaderno de
dibujo, así que apenas aparecía el papalote y dale que el niño tomaba sus
lápices y colores para dejarlo pintado tan vivamente como su imaginación le
permitía ya que el papalote volaba tan rápido tan rápido…
Pedrito empezó a pensar en cómo detenerlo para poder pintarlo a gusto…
Y si cuando pasara lo saludaba a ver si bajaba a platicar con él
Y si le escribía algo en una pancarta para que al ir pasando en el aire
viera la pancarta y se detuviera a leerla...
Y si…
De repente una chispa de luz lo iluminó: EUREKA!, gritó como los griegos
de la antigüedad y se dijo, haré un papalote de una niña bonita y querrá
bajarse a platicar con ella: dicho lo cual puso manos a la obra y empezó a
pintar a una preciosa niña morena de cabello negro guardado en dos trencitas
con un moño rosa e hilos dorados, ojos color almendrados, largas pestañas y … a
estas alturas del cuento, Pedrito estaba ¡enamorado!!!
Caray, se dijo así mismo, me he enamorado de mi creación, como voy a
poder dejar este dibujo al aire libre para que lo vea el papalote si quiero
estarlo mirando yo mismo… Que haré?
Y piensa que te piensa se quedó dormido en el verde pasto bajo la mirada
cuidadosa de su papá que era quien le acompañaba en estas correrías de su
profesión de dibujante/pintor de papalotes y otros, y en su sueño… apareció la
niñita! Y le dijo, Pedrito te he estado soñando, que yo te dibujaba porque
quería que me ayudaras a hacer un papalote…
Súbitamente despertó Pedrito de tan lindo sueño y comprendió todo, sabía
que debía hacer un papalote del retrato de la niñita y lanzarlo al viento, ya
que este, se encargaría de llevarlo hasta ella quien lo esperaba y quien en ese
preciso momento hacía el papalote del retrato del niño para lanzarlo al
viento, porque los sueños soñados se cumplen.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Publicado casi... el
lunes 24, gulp!
Sábado 29, aquí nos
leemos/vemos, Gracias!
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ResponderEliminarMaria Gogni.- Dicen que los sueños soñados se cumplen y como en el cuento de Pedrito y la Niña,...digo..¡Sí creo,se cumplen! El cuento de Pedrito y la Niña de un sueño soñado se hará realidad, tanto sea en la ficción del cuento en cuanto a las palabras pues Pedrito soñó y la niña también soñó. La magia de los sueños soñados hechos realidad,en el cosmos son vibraciones positivas y a esa onda no hay quien la detenga, seguro que regresa en un encuentro entre dos niños, adolescentes o adultos y a lo mejor ya no recuerdan el sueño pero el encuentro es inminente. Es un cuento donde prevalece la alegría,la vida,la esperanza y finaliza con una gran realidad: la unión de dos almas que se estaban buscando. Sencillamente hermoso,Laura De Lunne. Gracias por escribir y soñar.Saludos,María.
3 de abril a la(s) 19:57 • Me gusta
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Luisa de la Garza.- Hermoso...
3 de abril a la(s) 20:03 • Me gusta • 1
Gracias!, escribo para ustedes
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