Cierto, la vida se hace en momentos…


Blog escrito por: Laura de Lunne

Enero 1° 2013

TERCER ESCRITO:

Somos la única chispa de luz, con vida propia, avancemos sin temor,

Hasta mañana!


lunes, 16 de noviembre de 2015

…el hombre de piel aceitunada que vestía todo de negro y usaba gafas negras me dijo “¿Sabes quién soy, verdad?





Vivía temporalmente en la ciudad de México (DF) estudiando francés en cierta escuela dependiente o conectada de alguna manera con el Consulado de Francia; me habían aceptado en Sorbona III y debía aprender bien el idioma para pasar el examen correspondiente a dicha lengua. Conmigo estaba mi hijo Piro viviendo esa aventura siempre latente en mí para ir a estudiar al extranjero.


El padre de mi hijo y quien fue mi esposo (qepd) fue a visitarnos un fin de semana lo que aprovechamos para ir a lugares obligados como Xochimilco -sin subirnos a las trajineras porque en esa época estaban muy descuidadas en cuanto a su seguridad estructural (algunas)- y dos lugares que yo quería conocer uno era el Poliforum Cultural Siqueiros donde se encontraban murales famosos de pintores mexicanos  cuyos nombres aparte de Siqueiros no recuerdo ahora pero sí que había bancos largos de madera ad hoc para recostarse y admirar aquellas pinturas del techo (tiempo después las comparé con las de la Capilla Sixtina y éstas últimas me parecieron como de caricatura comparadas con las primeras). , fuimos también al Museo de Antropología en donde estuve más de media hora frente al Calendario Azteca, no había sillas ni donde sentarse y aún no tenía yo el desparpajo de sentarme en el suelo, como lo hice muchos años después en la Plaza de San Marcos en Venecia, Italia.


Al día siguiente de ese fin de semana, nos fuimos caminando por Insurgentes (me había tocado en suerte encontrar una habitación por la calle Amazonas ) y para mí fue increíble esa sensación de caminar por esa enorme avenida sin fin entre tanto árbol grande, verde, cuidado, me sentí muy bien. Piro caminaba mucho para ser un casi bebé y su padre era un caminante nato, así que todos disfrutábamos el paseo… hasta llegar casi a mi Escuela que fue cuando empezamos a discutir el padre de mi hijo y yo porque él quería que nos regresáramos a Monterrey y no pretendiera ir a Paris a estudiar (Tenía la posibilidad casi segura de una Beca) y mi negativa a regresarme más la  persistencia de continuar estudiando francés con tal propósito. Decía que no iba él a desperdiciar 5 años de su vida para estar al lado mío mientras yo estudiaba, porque al regresar él ya habría perdido las oportunidades que ahora tenía. Ante este razonamiento, estupefacta me dije interiormente  “Con quien me casé?!


Este relato no es sobre problemas conyugales ni quien tuvo la culpa o no la tuvo (todas las parejas tienen desavenencias, lo sabemos). Es sobre lo que sucedió en ese preciso momento.  En ese estado de ánimo nos disponíamos a cruzar la calle para ir a mi Escuela, ambos con intereses diferentes y yo pensando ante quien iba a acudir para que me ayudara a proseguir con mi propósito porque el que fue mi esposo me acababa de decir que no me enviaría más dinero para que yo estuviera ahí, cuando sorpresivamente se detuvo frente a nosotros un carro grande negro como algo pasado de actualidad para esa fecha y salió el conductor a medias quedándose entre su puerta y el exterior y me dijo: “No te preocupes más súbete al coche tú y el niño, nosotros te ayudaremos” Lo vi y no contesté nada, solo me quedé asombrada, sin susto, pensando que acababa yo de pedir ayuda a alguien… y agregó el hombre moreno que vestía todo de negro y usaba gafas negras “Sabes quién soy, verdad? No tengas temor, tu sabes que nosotros nunca te haríamos daño” Enseguida se dirigió al padre de mi hijo diciéndole con tono fuerte y parco: “vete” Inmediatamente yo agregué, vete un momento solo pasa la acera y espérame ahí ahora estamos contigo. Su padre se pasó a la acera de enfrente como en automático luego de una ligera duda y yo le dije al hombre de negro, “gracias pero no nos vamos a ir con usted”. El me miró, se subió al carro y se fue.

 descripciones más comunes :
Visten impecables trajes negros, siempre con corbatas a juego y camisas blancas.
Viajan en automóviles del mismo color, predominando los modelos antiguos de Cadillac.
Su tez es oscura o bien pálida, en ocasiones con rasgos faciales vagamente orientales.
Cuentan con una voz clara, en ocasiones de resonancia metálica.
Poseen modales corteses pero amenazantes.
También se han descrito casos de comunicación telepática
https://es.wikipedia.org/wiki/Hombres_de_Negro

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